sábado, 31 de enero de 2015

NUEVAS POTENCIAS DE PLATA PARA EL SEÑOR DE LA HUMILDAD * LA CAMPANA*

EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO



Uno de los estrenos que tiene previsto la Hermandad de la Humildad para esta próxima Semana Santa, será un juego de potencias en plata de ley (hacen alusión a la Trinidad: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo) con un diseño tipo antiguo del siglo XVIII.

Pero...
¿Qué significan las potencias en la Imagen de Cristo? 
Se trata de tres rayos metálicos (simbolizando luz) que parten de la cabeza del Señor y representa la Divinidad de Jesús. En las primeras representaciones iconográficas de Jesús se situaba tras su cabeza una cruz griega (con los cuatro brazos iguales) que al quedar oculto el brazo inferior, se convirtió en las actuales, antes colocadas perpendiculares las laterales a la central. En el renacimiento y sobre todo en el barroco se unen algo las potencias quedando en la disposición actual.

Solo se da un caso en que aparezcan las tres: Cristo. En este caso particular hablamos de las llamadas "Potencias de Dios" y hacen alusión a la Trinidad: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo.

Iconográficamente hablando, el ser humano cuenta con tres potencias para representar a la memoria, la voluntad y el entendimiento. Estas son las llamadas "Potencias del Alma" El ser humano es imperfecto y es por ello que este trio nunca aparece completamente. Así, Moises usa dos, algunos doctores como San Agustín y otros santos santos de la Iglesia usan una o dos, etc..



martes, 27 de enero de 2015

NUESTRA SEDE LA ANTIGUA IGLESIA DEL EX-CONVENTO FRANCISCANO DE SAN SEBASTIÁN.

"EL CONVENTO"
































La Iglesia, (1751)de San Sebastián de La Campana del antiguo convento de San Francisco, recientemente restaurada, es de principios del siglo XVIII, aunque con añadidos posteriores.

Historia
En las afueras de la villa, en dirección Fuentes de Andalucía se encuentra el exclaustrado monasterio de San Francisco. Muy a pesar del estado ruinoso en el que se encuentra en la actualidad, debemos decir que se trata de un edificio muy ligado a la historia de La Campana y de gran valor artístico.
En este sentido, sabemos que los franciscanos gozaron a lo largo de los casi dos siglos de estancia en esta villa de gran fervor por parte de los vecinos, pues, no en vano, fueron ellos los que solicitaron su establecimiento en la localidad. Prácticamente, ningún vecino de La Campana se olvidó en su testamento de legar algunas misas por su alma en dicho convento, fundando, incluso, una capellanía en él y enterrándose muchos de ellos con el habito de San Francisco. De ahí que en una visita realizada a la localidad por el vicario eclesiástico, en 1692, se dijese en alusión a su situación económica “pásalo bien este convento porque los vecinos le son muy afectos”.
Pese a las donaciones, toda ellas estuvieron destinadas a la edificación de un templo digno para la celebración de los cultos y a la propia supervivencia de los religiosos, sin que llegaran a ostentar, en ningún momento, grandes propiedades rústicas y urbanas, como le ocurrió a otros muchos monasterios de la época. Concretamente, sabemos que en el primer tercio del siglo XVI el monasterio contó con una media de 150.000 maravedís anuales que fueron suficientes para sustentar a los 20 ó 25 religiosos que solían formar su comunidad.

El origen de este templo se remonta probablemente al primer tercio del siglo XVI, donde existía una vieja ermita bajo la advocación de San Sebastian. Sabemos que en 1595, a la par que se acometían las obras de la iglesia parroquial, se estaban ejecutando labores de cierta envergadura en la ermita ya que algunos vecinos legaron dineros tanto para la obra de la iglesia como para la ermita. Por lo demás, son muy pocas las noticias con las que contamos para el estudio de este primitivo edificio, limitándose la documentación a una probanza realizada, en 1640, por Diego Gómez, santero de la ermita. Este afirmo que estaba al cuidado de la ermita desde hacia 11 años y que durante dicho espacio de tiempo la había mantenido bien cuidada y ornamentada.
La obra del primitivo edificio conventual se debió efectuar entre 1645 y 1652, según datos de que disponemos. Así, en 1649 los franciscanos recibieron 300 ducados prestados del concejo “para poner dicha obra con la mayor perfección que se pueda”. Y finalmente en 1652 se dio licencia para colocar en la iglesia franciscana el Santísimo Sacramento, por lo que se piensa que la obra estaba totalmente acabada.

El nuevo edificio, que es el que hoy podemos contemplar, se edifico entre 1740 y 1751.
Por ultimo la escuela taller recuperó la torre del campanario y la iglesia en el año 2007 quedando totalmente recuperada para beneplácito de los campaneros, aunque el claustro de los franciscanos está en condiciones deplorables.
Iglesia
Presenta una planta de cruz latina, inscrita en un rectángulo con capillas entre los contrafuertes interiores.

El templo se cubre con una media naranja sobre pechinas en el crucero y con bóvedas de medio cañón conlunetos en la nave. Es un edificio datable, en su obra fundamental, en la primera mitad del XVIII, aunque con añadidos y decoraciones posteriores.
Alberga esculturas religiosas y lienzos de los siglos XVII y XVIII.

El retablo mayor se compone de banco y un cuerpo de tres calles entre estípites y ático. En la hornacina central de este retablo se venera una Inmaculada del siglo XVIII. En las calles laterales aparecen las tallas de Santo Domingo, San Luis Obispo, San Francisco y San Juan Cappistrano, y en el ático las de San Sebastián, San Diego de Alcalá y San Bernardino de Siena, todos de la misma época de construcción que el retablo del altar mayor.