Las primeras procesiones se cree que fueron realizada aproximadamente a finales del siglo XIX y las primeras décadas del
siguiente.
Tiene su sede en la iglesia del antiguo convento Franciscano de San Sebastián, un edificio del siglo XVIII y clausurado desde marzo de éste año pasado por su deterioro debido su mal estado de conservación.
El Cristo perteneciente del antiguo convento Franciscano de San Sebastián éste se trata de una obra del siglo XVIII, atribuida recientemente al escultor Benito de Hita y Castillo (1714-1784), una de las personalidades más destacada de la plástica barroca hispalense del siglo XVIII.
No ha sido hasta diciembre del 2017 cuando se ha dado certeza de dicha atribución, pues hasta entonces se consideraba una obra anónima del siglo XVIII, afirmando dicha autoría, gracias al estudio del historiador José Roda Peña.
Fue restaurada en dos ocasiones, ambas muy próximas en el tiempo:
Tiene su sede en la iglesia del antiguo convento Franciscano de San Sebastián, un edificio del siglo XVIII y clausurado desde marzo de éste año pasado por su deterioro debido su mal estado de conservación.
El Cristo perteneciente del antiguo convento Franciscano de San Sebastián éste se trata de una obra del siglo XVIII, atribuida recientemente al escultor Benito de Hita y Castillo (1714-1784), una de las personalidades más destacada de la plástica barroca hispalense del siglo XVIII.
No ha sido hasta diciembre del 2017 cuando se ha dado certeza de dicha atribución, pues hasta entonces se consideraba una obra anónima del siglo XVIII, afirmando dicha autoría, gracias al estudio del historiador José Roda Peña.
Fue restaurada en dos ocasiones, ambas muy próximas en el tiempo:
- La primera fue llevada a cabo en 2006 por Seo Restauro (1), una empresa con sede en Lucena (Córdoba), dirigida por las licenciadas en Bellas Artes María Santamaría Román y Carmen Gallardo Pérez;
- La segunda, entre el 20 de septiembre de 2013 y el 2 de abril de 2014, corrió a cargo del prestigioso restaurador sevillano Enrique Gutiérrez Carrasquilla (2), devolviéndolo a su estado primitivo, recuperado en su policromía original.
La Virgen de los Dolores es una
imagen anónima del siglo XVIII, de las llamada de “candelero”, es decir,
tallada solo en cabeza, cuello y manos. Hay que destacar de dicha imagen que es la dolorosa mas antigua de la localidad, ya que esta era la que en antaño
procesionaba con los Cristos de la Vera Cruz, Nazareno y Salud en la Semana Santas pasadas, más concretamente hasta principios de los 80.
La hermandad “De la Orden Tercera con el título de los DOLORES , fue una de las hermandades antiguas de la parroquia, dependiente de los Servitas, cuyos privilegios fueron concedidos por el Papa Inocencio XI en el tercer tercio del siglo XVII. Sin embargo, las reglas no fueron aceptadas hasta el 3 de abril de 1714 por don Antonio Fernández Raxo, provisor general del Arzobispo, siendo reformadas en 1724, y recibiendo la aprobación definitiva de las reglas el 29 de junio de 1724 .
Evidentemente, la hermandad veneraba a la VIRGEN DE LOS DOLORES (imagen que hoy en día es titular de la Hdad. De la Humildad ), como bien se especificaba en el capítulo octavo de sus reglas, que a continuación le expongo:
“Es nuestra voluntad que todos los años se haga una fiesta a Nuestra Gran Reina y Señora en memoria a los Dolores que la afligieron en la muerte de su Santísimo Hijo y ha de ser en el mismo día que la iglesia lo celebra, ha de estar el Santísimo Sacramento de manifiesto y habrá sermón, se gastará toda la cera que fuere menester y se solemnizará toda la función cuanto fuere posible...”
Así, pues, el Viernes Santo se traía un predicador a la misa de la mañana y por la tarde se sacaba la efigie en procesión en unas andas, iluminadas por cuatro candeleros de bronce.
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